“Un niño, si tuviera conciencia desarrollada y segura, dictaría al educador la actitud que debe adoptar frente a él. Le diría: he venido a realizarme, a vivir”
Nuestra forma de hacer escuela se basa en una educación integral, la cual se manifiesta en prácticas concretas que nos permiten atender las dimensiones del sujeto en toda su complejidad.
Cuando se logra estimular un genuino interés por aprender, los/as alumnos/as del primario asumen su compromiso con el proceso de conocimiento.
En el jardín, niños y niñas, a través del juego, aprenden y expresan el mundo que los rodea y avanzan en la incorporación de la cultura social.
Los y las estudiantes de la secundaria aprenden a establecer relaciones, aprenden a emprender, a argumentar, a expresarse, a recuperar lo aprendido y a experimentar lo que desconocen, siendo gestores de su propio crecimiento.